El pan como alimento funcional

Por Antonio Escribano Zafra, médico especialista en endocrinología y nutrición. Instituto de nutrición, salud y deporte


El pan puede ser considerado como uno de los grandes “inventos”  de la humanidad. Constituye desde milenios uno de los productos básicos de la alimentación humana. Ha quitado el hambre a la humanidad desde su aparición y ha constituido la base de la alimentación de todas las civilizaciones.

            El pan aporta una cantidad moderada de energía, entre 220 y 285kcal/ 100 g. Su componente principal son los hidratos de carbono  (almidón) que son el principal combustible para el organismo en cualquier etapa de la vida y situación.  Aporta una cierta cantidad de proteína vegetal, tiene un contenido en grasas bajo y es un importante aporte de fibra, especialmente el pan integral, de vitaminas como  las vitaminas B1,B2,B6, ácido fólico y Niacina, y minerales como hierro, zinc, magnesio y potasio.

El pan constituye desde milenios uno de los productos básicos de la alimentación humana.

 Un alimento funcional es aquel que contiene componentes con actividad selectiva relacionada con una o varias funciones del organismo. En estos términos podemos considerar al pan como un alimento útil y funcional, No solamente apreciando ”lo bueno que está”, sino además, “lo bueno que es”.

            Pero todavía en el pan se puede mejorar en gran medida su capacidad funcional se puede trabajar en tres aspectos fundamentales. En primer lugar “reajustando” alguno de sus componentes como puede ser el pan sin gluten para los celiacos, la disminución de las cantidades de sal para la prevención y tratamiento de la hipertensión arterial. En segundo lugar “añadiéndole yenriqueciéndolo” con componentes  como la vitamina B1o tiamina, vitamina C, vitamina D y calcio para la prevención de la osteoporosis, ácidos omega 3, para la prevención de la hiperlipemia, ácido fólico  y algo más de fibra. En tercer lugar se le pueden “añadir otras alimentos” nueces y otros frutos secos, semillas, pasas, sésamo o avena.

Se considera como uno de los grandes inventos de la humanidad  y la gran receta de todos los tiempos.

Además, el pan constituye un alimento muy aprovechable en el deporte tanto en el aporte de energía previo a la competición como recuperador.  Su componente principal, el almidón, contribuye a la reposición del glucógeno muscular y hepático que es el combustible fundamental en el deporte y que precisa de hidratos de carbono en la dieta del deportista para suplir estas necesidades. Trabajando con diferentes harinas de índices glucémicos escalonados, se podría mejorar en gran medida esta función.

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