Las cerca de 600 pastelerías de la CAM venderán este año más de 345.000 kilos de dulces tradicionales estas fechas (buñuelos, huesos de santo, empiñonados y almendrados), con motivo de la festividad de Todos los Santos, según datos estimativos de Asempas, Pasteleros de Madrid.
El próximo 1 de noviembre, festividad de todos los Santos, es un día en donde los escaparates de las pastelerías se llenan de uno de los dulces más tradicionales de la gastronomía: los buñuelos, huesos de santo y empiñonados. Según datos de Asempas, los madrileños consumirán alrededor de 265 kilos de buñuelos de viento, 66.300 kilos de huesos de santo y cerca de 6.900 kilos de empiñonados y almendrados.
Todo parece indicar que el origen del buñuelo se encuentra en la cultura sefardí y musulmana. Algunos escritos apuntan a que su creador fue el panadero Abdelaziz ben Drisi el Jabazún, quien viendo que la comida y la leña para los hornos escaseaban decidió preparar una masa de agua y harina y arrojarlas a los calderos de aceite hirviendo que se utilizaban para ser lanzados contra el enemigo desde lo alto de la fortaleza. Se conoce que en España se encuentran recetas de buñuelos desde el siglo XVI y se dice que uno de los postres favoritos de los árabes que estaban aposentados en Granada, eran los buñuelos de agua miel, una masa que se freía en aceite y posteriormente se bañaba en miel hirviendo. Uno de los primeros ingredientes que, probablemente, acompañó a la elaboración del buñuelo fue la miel. Se dice que en la cultura árabe, tras ser fritos en aceite, los buñuelos eran sumergidos en miel hirviendo. La receta de este tradicional dulce debió ir pasando de boca en boca en Al- Ándalus y no fue hasta el siglo XVI cuando se puso por escrito. De esta época, datan las primeras recetas.
Su origen se encuentra en la palabra francesa “beignet” que significa bulto. Para otros, el buñuelo es heredero del “puñuelo”, una bola que era amasada con las manos por los romanos. Sea cual sea su origen, lo que está claro es que su diversidad se ha incrementado con el paso de los años. Dulces, salados, de nata, chocolate, vainilla, calabaza o batata…. las posibilidades son infinitas y sólo están limitadas por la imaginación del obrador.
Los huesos de santo, empiñonados y almendrados tienen un claro origen árabe como todos los dulces elaborados a base de almendra, miel y azúcar.