Estamos en una emergencia sanitaria ante la llegada del coronavirus (Covid-19) en donde, a día de hoy, nos encontramos con la escalofriante cifra de miles de contagiados en nuestro territorio y a nivel mundial.
Ante esta situación me vais a permitir que todas las semanas, en nuestros destacados semanales, escriba unas líneas sobre el momento que estamos viviendo, a modo de diario, como periodista me relaja escribir….
El día que se estableció esta situación dos de mis hijos habían ido a pasar el día al pantano de San Juan así que les llame y les hice volver. Pero si estamos en la terraza, pero si sólo somos cuatro, pero si no hay nadie aquí. Fuera cada mochuelo a su olivo. Que no estamos de vacaciones. Estamos en una emergencia sanitaria.
Me consta que los hospitales están desbordados, y que cuando entras un silencio aplastante parece invadirlo todo. Los sanitarios hacen una labor encomiable en el que creo que no hay nadie que pague esta exposición de cara a los demás. Este colectivo está en la lucha para lograr curar a cientos de personas. Y, no me cabe la menor duda, que lo van a conseguir y a sacar adelante a decenas de miles más.
Estamos viviendo tiempos difíciles de una gran incertidumbre, en el que las panaderías han sido uno de los poco comercios que se han salvado de este decreto ordenado por el gobierno. Pese a todo, los obradores han reestructurado sus plantillas por seguridad para poder seguir trabajando, se han organizado en varios turnos, sus horarios se han reducido y muchos de ellos dan servicio solo en horario de mañana. Pero allí están con todo su esfuerzo, unas veces en el obrador, otras de cara al público dando lo mejor de sí y ofreciendo un producto tan necesario en el día a día de cada uno.
No me quiero olvidar de las harineras que estos días siguen a tope con muchas medidas de precaución pero sin dejar a panaderías ni hogares sin un alimento tan básico e importante como la harina.
Y, por último, señalar las muestras de clamor por parte de vecinos hacia un sinfín de colectivos que están luchando en primera línea me hacerme sentirme orgullosa del país en el que vivo.
Seguimos… ¡Esto pasará!