Pan de muerto

Por Alejandra García Jiménez, Comadre Bakery

Este pan, elaborado para el Día de Muertos (1 y 2 de noviembre), no solo es un producto de panadería, sino un símbolo de memoria, afecto y continuidad entre los que están y los que se fueron.

De raíces mestizas, el Pan de Muerto nace del encuentro entre los antiguos rituales prehispánicos y las técnicas de panificación introducidas por españoles en el siglo XVI. Su forma redonda representa el ciclo de la vida y la muerte, mientras que las tiras de masa que lo adornan simbolizan huesitos. Su delicado perfume de azahar recuerda el aroma de las flores de cempasúchil —la flor tradicional del altar— y su cubierta de azúcar aporta el brillo y la dulzura que celebra la vida.

En México, cada región tiene su versión: algunos lo aromatizan con anís, otros lo cubren con ajonjolí o azúcar teñida. Pero el común denominador es su masa rica en mantequilla y huevos, cercana a la del Brioche, con un interior esponjoso y una corteza ligeramente crujiente.

Hoy, este pan traspasa fronteras y se abre paso en panaderías artesanas de todo el mundo, donde se reconoce su complejidad técnica y su carga simbólica. Elaborarlo es casi un acto de meditación: amasar con calma, dejar fermentar la masa hasta que respire por sí sola y observar cómo el horno transforma los ingredientes en un homenaje comestible a la memoria.

Ingredientes

Harina de trigo/ 500 gramos.
Azúcar / 100 gramos.
Sal /10 gramos.
Huevos / 3 unidades.
Leche / 150 ml.
Levadura fresca / 20 gramos. Levadura seca / 6 gramos.
Mantequilla a temperatura ambiente / 100 gramos.
Agua de azahar / 1 cucharadita
Ralladura fina de 1 naranja.
Mantequilla derretida y azúcar para decorar.

Proceso de elaboración

  1. Formar la masa: Coloca la harina, el azúcar, leche, agua de azahar y sal en la amasadora/batidora eléctrica con gancho para pan. Amasa en velocidad baja/media hasta que queden integrados los ingredientes y añade los huevos. Continúa amasando hasta tener una masa lisa (10minutos aproximadamente).
  2. Añadir la mantequilla: incorpora la levadura hasta que se integre y posteriormente la mantequilla poco a poco. Amasa durante 10–15 minutos, hasta obtener una masa lisa, elástica y ligeramente brillante.
  3. Primera fermentación: Coloca la masa en un tazón y cúbrelo con un trapo húmedo. Dejarla reposar 1½–2 horas o hasta que la hasta que la masa duplique su volumen.
  4. Formado: Poncha la masa, toma ⅔ de la masa y forma bolas de 90-100gr aproximadamente doblándola hacia abajo sobre sí misma (boleando). Colócalas en una bandeja dejando espacio para que crezcan y forma los huesitos con el resto de la masa utilizando la separación de tus dedos para hacer las ondulaciones. Agrega los huesitos arriba de las bolas.
  5. Segunda fermentación: dejar fermentar los panes 1-2 horas o hasta que la masa esponje.
  6. Hornear: A 180 °C durante 20–30 minutos, o hasta que el pan tenga color dorado.
  7. Decoración: deja que se enfríen los panes, pincela con mantequilla derretida y espolvorea con azúcar.
  8. ¡Disfrutar! El resultado es un pan suave, aromático y lleno de significado, perfecto para acompañar con una taza de leche o chocolate caliente y recordar/celebrar a quienes siempre viven en nuestros corazones.
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