Evolución de la molienda

Hace unos 100.000 años, nuestros antepasados elaboraron la primera harina moliendo el grano con una piedra más o menos como hacemos ahora con el mortero.


 

En el Neolítico empezaron a moler el grano en molinos de mano: se colocaba el grano en una piedra cóncava y se frotaba con otra redondeada. La harina era gruesa y hacia falta mucho esfuerzo para tener suficiente grano para comer cada día.

La molienda no solo consistía en triturar el grano, sino en tamizarlo con cedazos de seda, papiro o junco. El proceso era laborioso y se desperdiciaba gran parte del producto, así que la harina blanca era privilegio de los ricos; los pobres se conformaban con la harina marrón con salvado.

 

 

Después del molino de mano apareció el molino de piedra giratorio, en que una piedra gira sobre otra fija. Con el tiempo, se fueron volviendo mas grandes, primero accionados por personas y animales y, luego por viento, agua o vapor. En el siglo ID.C un molino podía moler suficiente grano para alimentar a toda una comunidad no solo a unos pocos.

Aún con el aumento de tamaño de los molinos, seguía siendo muy laborioso moler el grano. A finales del siglo XVIII, un inventor estadounidense llamado Oliver Evans cambio el rumbo de la molienda. Desarrollo una maquina que desplazaba el grano entre las muelas de forma automática y continua, sin intervención humana. Aunque tardo varias décadas en abrirse camino, cuando lo hizo, la línea de producción continua de Oliver Evans transformo totalmente el proceso. Además, la idea sirvió también para otros sectores como la línea de producción automovilística de Henry Ford.

El molino a lo largo de la historia

Hace miles de años, la harina se molía frotando o golpeando piedras. Luego aparecieron las pequeñas ruedas de molino que crecieron con los años, igual que los útiles de cribado.

En la actualidad, los productores suelen moler el grano comprimiéndolo entre dos rodillos de acero y separando el salvado para hacer harina blanca.

Sin embargo, los molinos de piedra no eran mas que eso, piedras. Una de ellas, la corredera, giraba sobre la otra la solera, estas muelas estaban talladas, formado muescas llamadas rayones que conformaban un filo y conducían el grano molido hacia fuera. Las piedras molían el grano de modo que las tres partes del mismo (salvado, germen y endospermo) se trituraban por igual. Esto dificultaba la criba de las partes que no querían los consumidores (el salvado) y las que solían revenirse (el germen).

A comienzos del siglo XIX, los productores de harina en Budapest desarrollaron una idea completamente nueva: en lugar de piedras, utilizar rodillo y, en lugar de pasar el grano una sola vez por muela, hacerlo varias veces. En un molino de rodillos, el grano pasa entre dos cilindros de acero giratorios. En lugar de aplastarlo con una piedra plana, el grano se comprime de una pasada entre dos rodillos colocados muy juntos. Con la primera pasada, separan el salvado del endospermo. Luego, el grano aplastado pasa por los tamices y se repite el proceso. El resultado final es la harina blanca.

La molienda no solo consistía en triturar el grano, sino en tamizarlo con cedazos de seda, papiro o junco. El proceso era laborioso y se desperdiciaba gran parte del producto, así que la harina blanca era privilegio de los ricos; los pobres se conformaban con la harina marrón con salvado.

Generalmente, el salvado y el germen se desechan o se utilizan como forraje, aunque se pueden volver a añadir la harina después de procesarlos por separado para obtener harina integral. El germen, que tiende a ponerse rancio, suele ser tratado para prolongar su vida útil.

Para los productores, el molino de rodillos llego como caídos del cielo. El proceso era eficiente y facilitaba la mezcla de lotes de trigo de distintos productores sin renunciar a obtener un producto homogéneo.

Otra opción es moler el grano con un molino de martillo. Su propio nombre explica lo que es: una serie de martillos conectados a un tambor giratorio donde golpean el grano a medida que pasa. Los molinos de martillo también se usan para triturar el grano para forraje y para hacer etanol.

Hoy en día, casi toda la harina se elabora en molinos de rodillos, aunque algunos pequeños productores usan molinos de piedras. Algunos ven el uso creciente del molino de rodillos como algo negativo. Los de piedra producen harina que, antes de cribado, incluye el salvado y germen, que contienen vitaminas y aceites que le aportan sabor. Ahora, casi toda la harina de prácticamente cualquier tipo de productor ya sea un proceso industrial con un molino de rodillos, un molino de piedra a la antigua usanza o su propia molienda casera.

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