Un bizcocho tradicional de Ledrada, provincia de Salamanca, aunque por proximidad hay variantes del norte de Cáceres e incluso de la vecina Portugal.
“ En Ledrada presumimos, sin temor a equivocarnos, de hacer el bizcocho más grande de la provincia. Pesa alrededor de dos kilos y medio, cuando lo común es hacerlo de medio kilo. La esponjosidad que le imprime el molde al ser tan grande es muy difícil de conseguir sin usar impulsores, pero nosotros lo conseguimos con un proceso de batido especial manteniendo la tradición de esta panadería. Como dato curioso mi abuela por ejemplo era capaz de batir con las dos manos porque de tanto esfuerzo se le acababa abriendo una muñeca y así utilizaba la otra” nos cuenta José Augusto Galán, gerente de la panadería.
El origen del bizcocho se cree que es árabe, de cuando la invasión musulmana, por lo que los ingredientes son humildes y los que se podían obtener en aquella época. Sus ingredientes se reducen a huevos, azúcar y almidón de trigo. “ En otras panaderías, para facilitar el levado, usan impulsores, pero nosotros nos ceñimos a la receta auténtica que perdura de siglos atrás” señala. “Los moldes que usamos para su elaboración datan de antes de 1.948, que es cuando mi abuela constituyó la panadería” añade José Augusto.
Este bizcocho se fabrica por encargo durante todo el año. Es muy demandado para fiestas patronales donde se bendice y luego se sortea o rifa, siendo muy apreciados por el público por su esponjosidad y vistosidad. Es muy común también en eventos familiares como bodas, bautizos, comuniones donde preside el centro de la mesa. Dado que es un bizcocho muy voluminoso, la panadería ha ideado una variante que se llama Roscón Feo que es mucho más jugosa, los ingredientes los mismos, tiene una muy buena durabilidad y un gusto al paladar exquisito y sobre todo un formato reducido de unos 600 gramos que está siendo todo un éxito comercial y de crítica y que para cualquier comida o evento de menos personas lo llevan.
Somos una panadería bollería que apuesta por lo artesano, la tradición pero sin reñir con la innovación.
El origen de Los Dulces de Mary data de 1.948 cuando sus abuelos, molineros provenientes de la sierra de Francia (zona de La Alberca, Las Hurdes), vinieron como molineros a uno de los molinos que había en Ledrada. El negocio se abre en plena postguerra con un comienzo difícil y duro con cartilla racionamiento y en donde el reparto se hacia con burro… El testigo lo recoge sus padres, de ahi el nombre de la panadería en honor a su madre. Con veintinueve años José Augusto, después de estudiar en la Universidad de Salamanca coge el relevo. Actualmente la panadería está en proceso de expansión y consolidación.
La apuesta más firme de esta panadería es la elaboración de un pan sin usar mejorantes ni química y para ello han contado con el asesoramiento y la ayuda inestimable del maestro panadero, Florindo Fierro. “Llevamos con orgullo esa elaboración natural con largas fermentaciones, masa madre de cultivo propio y mucho mimo y ganas de hacerlo bien. Ha sido muy duro pero se están cosechando los frutos” argumenta Galán. Nuestro catálogo de panes consiste en barra común, torta, colón, integral, baguette, panes de molde refinado o integral, panes de semillas, pan de espelta con nueces y pasas sultanas, pan de cerveza negra con pistachos, pan de tritordeum, pan de centeno, pan de maíz, pan de Teff, pan de algas Wakame, pan de espinacas, pan de hamburguesa, pan de sandía y…lo que la imaginación nos vaya sugiriendo. En cuanto a bollería: magdalenas, perronillas (especie de galleta), mantecados, lenguas de gato, impaciencias (un invento nuestro, no confundir con paciencias), roscón, roscón feo y empanadas. También cuentan con el hornazo típico de Salamanca