La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ha inscrito en su lista de patrimonio cultural inmaterial el proceso de fabricación y la cultura de la baguette, el formato de pan más popular en Francia y del que se venden más de 6.000 millones cada año.
La baguette francesa, de corteza crujiente y miga esponjosa, es un producto relativamente reciente: apareció a principios del siglo XX en París. Actualmente es el pan más consumido en toda Francia. Cada año se venden unos 6.000 millones de baguettes, lo que significa que unos 12 millones de consumidores la piden en las panaderías cada día con un peso unos 250 gramos aproximadamente.
El comité que examina las candidaturas ha tenido en cuenta las características especiales del proceso de elaboración de la baguette, las técnicas requeridas y las pautas de consumo y prácticas sociales que lleva aparejadas: desde la compra diaria, con las visitas regulares a las panaderías que conlleva a la forma alargada que requiere una forma específica de exposición. De esta manera la baguette se suma así a las otras seis elaboraciones reconocidas por la Unesco como fórmulas gastronómicas que se mantienen pese al paso del tiempo: la pizza napolitana, el kimchi coreano, el café turco, el pan de jengibre y la dieta mediterránea.
La Unesco premia con esta distinción el savoir-faire, la manera particular de elaborar, amasar y hornear
La candidatura, presentada en marzo de 2021 y aprobada definitivamente en una reunión celebrada en Rabat (Marruecos), cuenta también con el aval del gremio de panaderos franceses, que confían en consolidar así uno de los símbolos gastronómicos del país. Este nombramiento no solo supone un reconocimiento a este pan francés sino también a las panaderías tradicionales.
La Unesco premia con esta distinción el savoir-faire, la manera particular de elaborar, amasar y hornear. Más que el producto en sí mismo, esta barra de pan que ha sufrido, como tantos otros éxitos culinarios franceses, de los abusos de la industrialización. En 1970 había unas 55.000 panaderías artesanales (una por cada 790 habitantes) en comparación con las 35.000 en la actualidad (una por cada 2.000 habitantes), según datos del ministerio de Cultura francés.
