Galletas marineras, pan sin miga de larga duración

Las Galletas Marineras son una adaptación moderna del pan de barco o bizcocho de barco, una solución antiquísima de los marineros para conservar el pan en las largas travesías oceánicas de forma natural. 


En el año 2003, los tres hermanos promotores de Lugar da Veiga, después de descartar otras ideas, decidieron apostar por el concepto de Galletas Marinera, una adaptación del “Pan de Barco”.  “Investigando el origen del concepto del Pan de barco, galletas de barcos, localizamos varias referencias bibliográficas que hacen mención a  la  importancia que tuvo,  en la alimentación de la tripulación, en las expediciones marítimas largas, iniciadas a partir de los siglos XIV – XV. En Galicia hay referencias de  la puesta en marcha de varias Panificadoras Reales (promovidas por la Casa Real), para abastecer a la Armada Invencible. Originalmente, no es exclusivo de Galicia o España, el auge de la producción de la galleta de barco está vinculado al grado de desarrollo de la Industria Naviera en los siglos XV al XVIII (España,  Inglaterra, Portugal)” nos cuenta Xosé Lois Lamazares Vence, coordinador general de la empresa Daveiga. “Realmente nosotros lo que hicimos fue recoger esa idea del “pan seco” para que se conservara de forma natural,  pero incorporando técnicas de producción e ingredientes modernos” señala.

La forma de elaboraciónde este producto se traduce en un proceso de elaboración semi-artesanal (mecanizado pero no automatizado), y muy similar al proceso de elaboración del pan tradicional (amasado largo, fermentación en bloque de 3-4h). Utilizan materias primas naturales y de calidad premiun (harina de trigo gallega, mantequilla o aceite virgen extra, 

Las características de este proceso aportan al producto propiedades físicas, sensoriales y organolépticas que permiten diferenciarlo de otros productos de panificación presentes en el mercado; conservación natural larga, resistencia a la absorción de la humedad, crocantez o digestibilidad.
En nuestro obrador se producen una media de 6.000 kg de Marineras y empleamos a setentas personas de forma estable. Actualmente, nuestro producto está presente en la mayoría de los lineales de la Distribución Moderna de España y Portugal y en muchas tiendas especializadas de productos ecológicos. En este sentido es destacable la inclusión de nuestra empresa en la edición de 2018 y 2019 de  FT1000 (ranking de las 1.000 empresas europeas con más crecimiento y creación de valor añadido) publicada por el Financial Times” señala el coordinador general.

Las Galletas Marineras se caracterizan por elaborarse con materias primas naturales.

En la ejecución de este proyecto se ha valorado mucho el mundo rural “el principal objetivo era poner en marcha un proyecto que nos permitiera desarrollar nuestra actividad laboral en el  Rural (nuestro lugar de origen) al frente de un proyecto empresarial propio, auto-gestionado, y con un fuerte compromiso social. Dentro de nuestra filosofía o inquietudes esta tratar de contribuir, en la medida de nuestras posibilidades, al desarrollo local de nuestro entorno más próximo. Tratamos de utilizar materias primas locales o transformadas en nuestro entorno más próximo (harina, mantequilla o aceite de oliva” señala Lamazares.

Daveiga cuenta con dos líneas de producción; Natural y BIO. La primera, se encuentra en los lineales de supermercados a nivel nacional,  mientras que la BIO, de producción ecológica, y certificada por el “Consello Regulador da Agricultura Ecolóxica de Galicia”, se vende en las tiendas especializadas; de productos ecológicos, herboristerías, dietéticas, fruterías…  Actualmente son una empresa mono producto. En el mercado cuentan con dieciséis referencias de Galletas Marineras entre la línea natural y la Bio; diferenciadas por sabor- (mantequilla, aceite de oliva, semillas, integrales, algas…), gramaje (500g, 200g, 125g y 50g)  y tamaño (clásicas, especial canapés y especial bocado).

La  innovación y diferenciación que aporta el producto ha facilitado una muy buena aceptación, tanto desde el punto de vista del comprador profesional como del propio consumidor. 

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