La familia Cocheteux afronta su octava campaña de Navidad, sin duda su temporada del año más frenética, ya que a su Roscón de Reyes, consagrado como uno de los imprescindibles de Madrid, le deben la realización de su sueño.


«Por él empezó todo. Nuestro sueño era compartir con un mayor número de personas un producto único que elaborábamos para amigos y familiares. Seguimos pensando que nuestro Roscón es el mejor del universo, porque se elabora tal y como se hacía hace 60 años, con las mejores materias primas y mediante un delicado proceso, natural y artesano, con el mismo mimo que el que se hace en casa, sin conservantes y sin modernos aditivos”, explican Javier Cocheteux, padre e hijo. Una excepcional calidad que también valoran los numerosos y fieles clientes del obrador, y que consumen todo el año este fabuloso dulce, en cualquiera de sus versiones:
Roscón de Lirio… Tres días de elaboración con masa madre, fermentaciones lentas y utilizando materias primas de primera calidad (harinas certificadas sin aditivos, masa madre, mantequilla artesana, leche, huevos, agua de azahar, miel ECO cruda de azahar, azúcar, levadura, sal, y ralladuras de las cáscaras de naranja y limón). La fermentación y levado de las masas se desarrollan a temperaturas óptimas para alcanzar la textura perfecta, y el tiempo en el horno le confiere su característico color dorado, antes de decorar con fruta escarchada, azúcar y almendra natural.
Delirios… Son deliciosos bollitos individuales elaborados con la misma masa de Roscón Delirio, a base de masa madre, naranja confitada y, cómo no, con un toque de agua de azahar.
Roscotes… Es el Roscón Delirio convertido en biscote. Son láminas muy finas de roscón cortadas a cuchillo y tostadas a fuego lento en el horno. Es ideal para devorar hasta las migas, ya sea solo o para acompañar con foie, con queso o mermelada.









